Llega el momento más esperado. Y llegados a este punto, lo primero es
mirar por el espejo retrovisor. Hace justo un año, por estas fechas,
todos dábamos como gran favorito al Regal Barça, que había dominado con
facilidad, sumando a sus bien nutridas vitrinas la Supercopa, la Copa
del Rey y la Euroliga.Como un portazo en plena nariz, un enorme Baskonia
se encargó de demostrarnos que en este fantástico deporte, todo es
posible. Marcelinho Huertas cogió la batuta de la orquesta vitoriana y
con Tiago Splitter y Fernando San Emeterio como primeros tenores, nos
deleitaron con un concierto magistral que acabó con el título de la ACB en la Plaza de la Virgen Blanca de la capital alavesa.De manera que, prudencia en los pronósticos,
más aún si cabe en una temporada, como ésta, rarita, rarita, donde
elegir al mejor entrenador, al quinteto ideal y al MVP de la competición
ha supuesto un verdadero quebradero de cabeza. Nadie se ha salido. Ningún equipo lo ha bordado. No ha habido estrellas rutilantes,
aunque jugadores como Canner-Medley o Carroll nos han dejado momentos
mágicos. En realidad, la campaña 2010-2011 nos ha dejado muchos
sobresaltos en los equipos que se van a jugar el título desde este
jueves; cambios en los banquillos (Molin X Messina, Pesic X Hussein, Mateo X Aíto), cambios en las plantillas (Begic
X Garbajosa, Garbajosa X Printzesis, Anderson y Ingles X Mickeal,
Batista X Musli + la entrada de Dragicevic y Palacio, Fitch fichando por
Unicaja, etc,etc), polémicas (caso Biyombo, caso Garbajosa) y alguna que otra sorpresa de lo más agradable (Ayón, Mirotic, Carroll).El formato a tres partidos en estos cuartos de final, que no parece el más justo, sí nos deja en cambio la sensación de que todo va a ser impredecible. El
Regal Barça pudo apuntillar al Unicaja en la última jornada de la Liga
Regular. No lo hizo y ahora lo puede pagar caro. El equipo malagueño,
que lleva un año horrible, llega en su mejor momento a esta
eliminatoria, con Freeland convertido en uno de los mejores pivots de la competición, con Fitch en plan jugón total, con Garbajosa
aportando su sabiduría y con muchas ganas de amargarle la vida a los de
Xavi Pascual. Con todo, ¿Le llegará al Unicaja para dar la campanada?.
No lo creo, sobre todo porque en el Barça toca fin de ciclo y para este último festín
los jugadores van a salir con muchas ganas de demostrar que siguen
siendo el mejor equipo de la ACB. La machada de Caja Laboral aún escuece
en el Palau y si son capaces de superar al Unicaja en cuartos, el duelo
de semis será más que interesante.El equipo de Dusko Ivanovic, que sigue aguantando estoicamente en el banquillo pese a sus problemas personales, llega con un doble refuerzo que parece en condiciones de poder aportar cosas al equipo desde el minuto uno. Milt Palacio llega bien, conoce el club y la competición, y ya sabe para qué se le requiere. Dragicevic
ha llegado con ese desparpajo que tienen los jovencitos balcánicos de
calidad, que juegan igual en una pachanga piscinera que en un partido de
Play Off. Barac vuelve a sentirse importante y Huertas y San Eme vienen de serie con garantía de por vida. Enfrente, el Gran Canaria 2016 de Pedro Martínez no viene solo con Jaycee Carroll. Wallace ha demostrado ser un gran jugador y los jóvenes del equipo se han echado la manta a la cabeza. Es un equipo muy bien dirigido.
Por la otra parte del cuadro, Power Electronics Valencia parte como favorito ante Bizkaia Bilbao Basket. El equipo de Pesic acumula un increíble balance de 20 victorias y 4
derrotas desde que el serbio se hiciera cargo del equipo. Sus exigentes
métodos, que dan muy buenos resultados en el corto plazo, pero que
resultan insoportables en el medio-largo, han llevado al equipo taronja a
rozar la Final Four, sin Augustine ni Claver, lesionados. Recuperados
ambos y con Richardson adaptado a la competición, P.E. Valencia tiene la
oportunidad de hacer historia. ¿Puede plantarse en la Final?. Rotundamente sí. ¿Puede ganarla la ACB?. Perfectamente. Para mí, el equipo más fuerte en este lado del cuadro.
Y lo digo porque el Real Madrid es una incógnita. Los
efectos de su lamentable actuación en la Final Four son de consecuencias
impredecibles. Se habla de mala relación entre algunos integrantes del
vestuario. Otros, como Clay Tucker, andan sumidos en la obsesión de un tirador al que hace tiempo que no le entran los tiros. algo realmente difícil de digerir, autodestructivo y que encierra una trampa mortal:
para acabar con la obsesión hay que seguir tirando, pero claro, las
vidas de Tucker parecen haber llegado a su fin en esta partida maldita
que parece abocada al Game Over. Además, la transición Felipe Reyes - Nikola Mirotic
no parece estar haciéndose de la mejor forma posible, porque la
impresión es que la clase del montenegrino con pasaporte español demanda
más minutos sobre la cancha, pero claro, si estos son a costa de
quitárselos a Felipe, mala cosa tenemos. Me hubiera gustado ver
puntualmente a Mirotic jugando algún minuto de tres, pero llegados a
este punto, no es hora de hacer probaturas. La aportación de Sergio Rodríguez en estos Play Offs, otra gran incógnita, y el papel de Velickovic y Begic en las series por el título, nos darán la respuesta a la pregunta de si será capaz del Real Madrid de luchar por la ACB.
De momento, para empezar, el rival que tiene enfrente es el Fuenlabrada, el equipo con más morro del baloncesto español.
Con un presupuesto bajísimo, se sobrepuso al traspaso de Esteban
Batista. Biyombo ocupó el hueco, pero el sueño americano - otra vez el
dichoso sueño americano- nos recordó que en casa del pobre, la felicidad
es siempre efímera. Puestos a reinventarse, Salva Maldonado lo ha vuelto a conseguir,
con Mainoldi y Barton jugando de cuatro, con el gran Gustavo Ayón
erigido en el jugador revelación y con Valters volviendo a hacer honor a
ese apellido ilustre. Nada que perder=rival temible.Así se
presentan unos Play Offs apasionantes, de una competición que atraviesa
por su momento más delicado de su historia. En plena guerra civil, el
baloncesto encuentra su sentido y su consuelo en los formidables duelos
que nos esperan, en la respuesta a una pregunta que formulamos en voz
baja, con la timidez que aconseja la prudencia. ¿Todos contra el Regal Barça?
mirar por el espejo retrovisor. Hace justo un año, por estas fechas,
todos dábamos como gran favorito al Regal Barça, que había dominado con
facilidad, sumando a sus bien nutridas vitrinas la Supercopa, la Copa
del Rey y la Euroliga.Como un portazo en plena nariz, un enorme Baskonia
se encargó de demostrarnos que en este fantástico deporte, todo es
posible. Marcelinho Huertas cogió la batuta de la orquesta vitoriana y
con Tiago Splitter y Fernando San Emeterio como primeros tenores, nos
deleitaron con un concierto magistral que acabó con el título de la ACB en la Plaza de la Virgen Blanca de la capital alavesa.De manera que, prudencia en los pronósticos,
más aún si cabe en una temporada, como ésta, rarita, rarita, donde
elegir al mejor entrenador, al quinteto ideal y al MVP de la competición
ha supuesto un verdadero quebradero de cabeza. Nadie se ha salido. Ningún equipo lo ha bordado. No ha habido estrellas rutilantes,
aunque jugadores como Canner-Medley o Carroll nos han dejado momentos
mágicos. En realidad, la campaña 2010-2011 nos ha dejado muchos
sobresaltos en los equipos que se van a jugar el título desde este
jueves; cambios en los banquillos (Molin X Messina, Pesic X Hussein, Mateo X Aíto), cambios en las plantillas (Begic
X Garbajosa, Garbajosa X Printzesis, Anderson y Ingles X Mickeal,
Batista X Musli + la entrada de Dragicevic y Palacio, Fitch fichando por
Unicaja, etc,etc), polémicas (caso Biyombo, caso Garbajosa) y alguna que otra sorpresa de lo más agradable (Ayón, Mirotic, Carroll).El formato a tres partidos en estos cuartos de final, que no parece el más justo, sí nos deja en cambio la sensación de que todo va a ser impredecible. El
Regal Barça pudo apuntillar al Unicaja en la última jornada de la Liga
Regular. No lo hizo y ahora lo puede pagar caro. El equipo malagueño,
que lleva un año horrible, llega en su mejor momento a esta
eliminatoria, con Freeland convertido en uno de los mejores pivots de la competición, con Fitch en plan jugón total, con Garbajosa
aportando su sabiduría y con muchas ganas de amargarle la vida a los de
Xavi Pascual. Con todo, ¿Le llegará al Unicaja para dar la campanada?.
No lo creo, sobre todo porque en el Barça toca fin de ciclo y para este último festín
los jugadores van a salir con muchas ganas de demostrar que siguen
siendo el mejor equipo de la ACB. La machada de Caja Laboral aún escuece
en el Palau y si son capaces de superar al Unicaja en cuartos, el duelo
de semis será más que interesante.El equipo de Dusko Ivanovic, que sigue aguantando estoicamente en el banquillo pese a sus problemas personales, llega con un doble refuerzo que parece en condiciones de poder aportar cosas al equipo desde el minuto uno. Milt Palacio llega bien, conoce el club y la competición, y ya sabe para qué se le requiere. Dragicevic
ha llegado con ese desparpajo que tienen los jovencitos balcánicos de
calidad, que juegan igual en una pachanga piscinera que en un partido de
Play Off. Barac vuelve a sentirse importante y Huertas y San Eme vienen de serie con garantía de por vida. Enfrente, el Gran Canaria 2016 de Pedro Martínez no viene solo con Jaycee Carroll. Wallace ha demostrado ser un gran jugador y los jóvenes del equipo se han echado la manta a la cabeza. Es un equipo muy bien dirigido.
Por la otra parte del cuadro, Power Electronics Valencia parte como favorito ante Bizkaia Bilbao Basket. El equipo de Pesic acumula un increíble balance de 20 victorias y 4
derrotas desde que el serbio se hiciera cargo del equipo. Sus exigentes
métodos, que dan muy buenos resultados en el corto plazo, pero que
resultan insoportables en el medio-largo, han llevado al equipo taronja a
rozar la Final Four, sin Augustine ni Claver, lesionados. Recuperados
ambos y con Richardson adaptado a la competición, P.E. Valencia tiene la
oportunidad de hacer historia. ¿Puede plantarse en la Final?. Rotundamente sí. ¿Puede ganarla la ACB?. Perfectamente. Para mí, el equipo más fuerte en este lado del cuadro.
Y lo digo porque el Real Madrid es una incógnita. Los
efectos de su lamentable actuación en la Final Four son de consecuencias
impredecibles. Se habla de mala relación entre algunos integrantes del
vestuario. Otros, como Clay Tucker, andan sumidos en la obsesión de un tirador al que hace tiempo que no le entran los tiros. algo realmente difícil de digerir, autodestructivo y que encierra una trampa mortal:
para acabar con la obsesión hay que seguir tirando, pero claro, las
vidas de Tucker parecen haber llegado a su fin en esta partida maldita
que parece abocada al Game Over. Además, la transición Felipe Reyes - Nikola Mirotic
no parece estar haciéndose de la mejor forma posible, porque la
impresión es que la clase del montenegrino con pasaporte español demanda
más minutos sobre la cancha, pero claro, si estos son a costa de
quitárselos a Felipe, mala cosa tenemos. Me hubiera gustado ver
puntualmente a Mirotic jugando algún minuto de tres, pero llegados a
este punto, no es hora de hacer probaturas. La aportación de Sergio Rodríguez en estos Play Offs, otra gran incógnita, y el papel de Velickovic y Begic en las series por el título, nos darán la respuesta a la pregunta de si será capaz del Real Madrid de luchar por la ACB.
De momento, para empezar, el rival que tiene enfrente es el Fuenlabrada, el equipo con más morro del baloncesto español.
Con un presupuesto bajísimo, se sobrepuso al traspaso de Esteban
Batista. Biyombo ocupó el hueco, pero el sueño americano - otra vez el
dichoso sueño americano- nos recordó que en casa del pobre, la felicidad
es siempre efímera. Puestos a reinventarse, Salva Maldonado lo ha vuelto a conseguir,
con Mainoldi y Barton jugando de cuatro, con el gran Gustavo Ayón
erigido en el jugador revelación y con Valters volviendo a hacer honor a
ese apellido ilustre. Nada que perder=rival temible.Así se
presentan unos Play Offs apasionantes, de una competición que atraviesa
por su momento más delicado de su historia. En plena guerra civil, el
baloncesto encuentra su sentido y su consuelo en los formidables duelos
que nos esperan, en la respuesta a una pregunta que formulamos en voz
baja, con la timidez que aconseja la prudencia. ¿Todos contra el Regal Barça?